Y cuando ella se sentía completamente sola, él la miró… y le sonrió.
Dos segundos bastaron para que ella comprendiera que ese instante iba a cambiar su vida.
Un segundo bastó para que él comprendiera que a partir de ese momento, su respiración no era lo más importante, sino la de ella.
Y a partir de ese momento todo cambió…
Dos miradas se encuentran, y eso es todo lo que se necesita para que la vida CAMBIE COMPLETAMENTE.
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